RESUMEN "Las localizaciones de la hegemonía” de GASTÓN GORDILLO

Informe de Lectura
Texto: “Las localizaciones de la hegemonía” de Gastón Gordillo

Por Stephanie Andrade Vinueza
Nicolás Félix Kotliar
Fernando Palacios Valencia

1.      Referencias breves sobre el autor

Gastón Gordillo es Profesor de Antropología de la Universidad de British Columbia (Canadá) y Doctor por la Universidad de Toronto. Ha realizado investigaciones sobre espacio, historia, memoria y experiencias de dominación entre gente toba, criolla y guaraní. Ha sido ganador de una beca Guggenheim y entre sus libros se destacan Lugares de diablos: tensiones del espacio y la memoria (Prometeo, 2011) y En el Gran Chaco: antropologías e historias (Prometeo, 2007).

En este último libro, de donde se toma el texto: “Las localizaciones de la hegemonía”,  examina las experiencias históricas, subjetividades y formas de resistencia de grupos indígenas del Gran Chaco y el rol que ha tenido la antropología en analizar y al mismo tiempo silenciar estos procesos. Los ensayos que componen estas páginas están anclados en la textura espacial, cultural e histórica de una región que condensa como pocas las contradicciones creadas por la incorporación de grupos indígenas en el Estado-nación argentino. Cada capítulo, al mismo tiempo, recoge estas particularidades con el objeto de problematizar conceptos hoy en día centrales en la antropología y la historia, como subjetividad, dialéctica, espacio, memoria, hegemonía, fetichismo, etnicidad y resistencia. En particular, el libro analiza el papel de la memoria social en la producción de identidades colectivas y en la configuración de lugares; la fetichización de experiencias colectivas de dominación a través de imaginarios del diablo, la riqueza y el Estado; la forma en que los valores hegemónicos constituyen subjetividades, prácticas políticas y lugares, y son a su vez transformados por ellos; y las contradictorias maneras en las que la antropología ha dado cuenta de la historia de sus sujetos y de sus propios imaginarios de diferencia cultural. 




2.      Tema principal del artículo

El objetivo del autor es levantar la discusión sobre la producción social de lugares (la dimensión espacial concreta en la cual están inscritas las prácticas de los actores) haciendo una relación entre hegemonía y espacio en el contexto político cultural de Pozo de Maza, en la provincia de Formosa -una de las zonas más pobres de Argentina, mayormente poblada por indígenas tobas y wichí-. El autor analiza cómo la gente en las comunidades tobas ha incorporado, reproducido y disputado valores hegemónicos en su lucha por la municipalidad (“la comuna”) y, sobre todo, cómo estas disputas han configurado los lugares, entendidos estos como construcciones sociales que articulan el nivel espacial con los campos político y económico en la práctica social. Esto implica concebir los lugares no como entidades físicas inertes, sino como procesos sociales e históricos creados a través de prácticas, relaciones sociales y campos de poder.

Un punto central del argumento del autor es que la “comuna” está emergiendo como un lugar cargado de símbolos y valores productivistas y que, en este proceso, el “monte” está siendo reconfigurado de manera contradictoria: como lugar gradualmente socavado por la influencia de discursos hegemónicos y, simultáneamente, como lugar de autonomía con respecto al “gobierno”.
     
3.      Objetivos que el autor se propone en el artículo

Para lograr hacer el análisis de la reconfiguración espacial y paradójica del “monte”, el autor se propone examinar la configuración histórica de los sentidos tobas del espacio, en particular con respecto a los discursos hegemónicos que priorizan el “trabajo” por sobre las prácticas asociadas al “monte”, especialmente la “marisca”. Los objetivos del autor son los siguientes:

     Mostrar el atravesamiento político de Pozo de Maza en cuanto campo de poder en el cual se disputan históricamente tierras, status sociales, cargos públicos, significados y prácticas concretas.

     Mostrar el impacto y las transformaciones socio-político-económicas producidas por la hegemonía estatal creciente en la zona analizada, en términos de estructura social (emergencia de desigualdades sociales, economía basada en la producción de mercancías y el trabajo asalariado, transformaciones en los significados sociales acerca de los distintos espacios en estrecha vinculación con las prácticas que los sujetos llevan a cabo en los mismos.

     Cuestionar la unidireccionalidad y dominio “total” de la hegemonía sobre lo sujetos, analizando cómo la misma es simultáneamente internalizada, resistida y contestada mediante prácticas individuales y colectivas en un proceso que el autor describe como contradictorio.

     Poner de manifiesto históricamente la construcción identitaria-dinámica de los tobas y wichí y la influencia negativizante (basada en un esquema evolucionista) ejercido primero por los movimientos misioneros anglicanos y el trabajo en los ingenios azucareros y luego por la presencia del Estado en la autopercepción de estas comunidades y las prácticas que llevan a cabo.

     Describir el proceso histórico de las prácticas económicas Toba en el área, destacando la paradoja entre la progresiva pérdida de valor de “la marisca” y la emergencia de una fuerte demanda de empleos públicos en su lugar, por un lado, y la vuelta a la “marisca” como un espacio altamente valorado por su carácter de autonomía y “liberación” de las formas de trabajo productivistas y de servicio; caracterizando el “monte” como uno de los únicos lugares que les permite contrarrestar los aspectos negativos de su dependencia a instituciones estatales.

4.      Intertextos: ¿con quienes dialoga el autor?

El texto plantea un diálogo intertextual permanente, de hecho, se estructura como una interlocución entre las ideas preexistes en torno al tema hegemonía-espacio y lo que se va configurando a partir de la experiencia en Pozo de Maza.  Inicialmente, parte de la definición de Jean y John Comaroff, proponiendo la hegemonía como creadora de un mundo tangible y no puramente ideológico. Además, trae la definición propuesta por Raymond Williams para sostener la afirmación de que toda hegemonía se renueva constantemente, no es rígida, sino que se modifica, se flexibiliza, se altera y se “usa” de maneras nuevas e, incluso, impredecibles. Continúa con el diálogo a partir del concepto de hegemonía de William Roseberry, el cual propone que más que examinar el consenso, se deben reconocer las imágenes y símbolos usados por los grupos subordinados para entender o resistir su dominación y que estos son configurados por el mismo proceso de dominación.

El autor, además, dialoga con y se posiciona contra las posturas estructuralistas como la de Althusser (1984), que suponen una falta de agencia de los sujetos y no tienen en cuenta como la hegemonía es resistida y contestada y tampoco las transformaciones que las prácticas de aquellos producen en la “estructura” social.

Finalmente, trae al dialógo intertextual a Gramsci, imprescindible en la comprensión del concepto de hegemonía. Con Gramsci concuerda en la idea de movilidad de la hegemonía, de que nunca está acabada o plenamente definida, y sobre esto se instala el trabajo de Gordillo, pues pretende demostrar esa nueva perspectiva asociando la hegemonía, no sólo como un espacio sociopolítico en disputa, sino como un espacio-territorio que también se disputa. Estos elementos teóricos constituyen los pilares de la propuesta de Gordillo, sobre ellos se asienta la confluencia entre la experiencia toba (comunidad de Pozo de Maza) y la conceptualización del lugar como “lo concreto”, lo que está más allá de lo ideológico y que se constituye como fundamental para afirmar que lo hegemónico está estrechamente ligado al territorio, transformándolo, movilizándolo, modificándolo y a los sujetos inmersos política, histórica y socialmente en él.

5.      Conclusiones

Al analizar cómo los valores hegemónicos que informan las luchas políticas dan forma a la textura cultural y política del paisaje de la zona, el autor demuestra que la demanda de trabajo está teniendo un efecto doble y contradictorio porque está socavando la práctica sistemática de la marisca y el valor cultural y socioeconómico del monte y, simultáneamente, está redefiniendo el monte -y las relaciones y prácticas que ésta encarna- como un lugar de relativa autonomía frente a la comuna.  El autor concluye que la forma en que los actores sociales incorporan narrativas hegemónicas -como resultado de la relación hegemonía y espacio- depende de la localización de sus experiencias cotidianas, y de las tensiones y fracturas espaciales creadas por esta incorporación. Por tanto, la apropiación de parte de los tobas de la noción de “trabajo” ha estado relacionada a la tensa configuración espacial que entrelaza la comuna, sus comunidades y el monte. Así, la espacialidad de la hegemonía también implica que la producción de identidades étnicas está situada espacialmente, y hace de la lucha por la comuna políticamente significativa porque configura las formas en que la gente incorpora, reformula y resiste valores hegemónicos.

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